Hay cinco formas en las que tus vídeos favorecen el aprendizaje, y esas son las que voy a tratar en este artículo.
Con esta lectura, y la infografía que encontrarás al final, mi objetivo es darte recursos nuevos para trabajar expresamente en cada guion y la preparación de cada vídeo.
Cada una de esas cinco vías de ayuda al aprendizaje está entendida como una fortaleza y, al potenciarlas, mejoras el resultado de cada visionado.
Vamos a por estas principales maneras en las que ayudas a que tu alumnado aprenda a través del video learning:
Despierta el interés.
En este punto partimos de lo que ya tratamos en el artículo anterior de este mismo blog sobre cómo grabar vídeos que aporten valor al aprendizaje.
Ahí analizaba la importancia de la estrategia previa, clave del éxito de toda producción audiovisual ligada a la formación.
En coherencia con esa concepción global, lo que te propongo ahora es tratar de aprovechar toda la fuerza que tiene el propio protagonismo dado a esa explicación, actividad, tutorial, etc.
Conseguir que el continente y el contenido se retroalimenten siendo una doble llamada de atención para quien lo va a ver.
Ojo, no se trata de decir muchas veces que es algo muy difícil, que es algo que luego van a usar, etc. Cuando digo que se trabaje, me refiero a que generemos el interés del alumno al preparar el guion, incluyendo como una de las claves hacer notoria la importancia del tema elegido.
Para ello puedes apoyarte en aspectos más o menos sencillos como:
- Una pregunta impactante al principio al estilo del mejor elevator pitch (si no sabes qué es, pincha en la frase porque verás un vídeo en el que te lo explica con un gran ejemplo Alicia Ro, experta en Comunicación).
- Una historia real que muestra el uso.
- Un elemento atractivo que ilustra por qué es importante.
Aquí cabe un amplio elenco de recursos, desde un juego para hacer consciente del nivel que se tiene, a un esquema o mapa conceptual que muestra la conexión con otros conocimientos previos, un debate sobre una situación para ver la aplicación práctica de lo que se está tratando, y un largo etcétera que llega hasta lo que la creatividad y la materia permitan.
Sí, todo eso se puede (y se debe) hacer en contenidos audiovisuales. Eso sí, según el objetivo que tengas, habrá elementos apropiados para las emisiones en directo, y otros para las grabaciones.
No olvidemos que nuestro cerebro está recibiendo estímulos constantemente (no vamos a entrar en lo que las redes sociales y las notificaciones móviles suponen 😉 ), así que la competencia es dura.
Sin duda, si señalamos desde el principio la importancia que tiene lo que se está viendo (por ser algo crucial para seguir avanzando, porque es de aplicación directa para la actividad profesional, etc), contribuimos a despertar el interés.
Cuando sentimos interés por algo, lo normal es que se active nuestra atención. Y recordemos que la atención es el bien más preciado en nuestro tiempo.
Facilita la asimilación.
Aquí no se trata de una ayuda específica de tus vídeos, puesto que a ello se contribuye desde el aula cada día, pero sí que es un aspecto que requiere ser atendido con las claves propias de este medio audiovisual.
Es decir, al cuidado que ya ponen habitualmente l@s docentes nivelando en función de los conocimientos previos del alumnado, y guiando el proceso de enseñanza- aprendizaje del mismo, aquí añadimos la necesidad de cuidar que nos comunicamos bien en el medio audiovisual que estamos utilizando.
Ello requiere enfocar de forma individualizada la preparación de:
- El guion.
- Hablar (bien) a cámara.
- La imagen y el sonido.
Si no lo has leído ya, te recomiendo un artículo monográfico sobre esas cuestiones en concreto, en él encontrarás soluciones sobre cómo grabar videos que comuniquen bien.
Asegúrate de cuidar este aspecto para que todo el mensaje sea recibido, entendido y asimilado.
Favorece la memorización.
Si hemos enfocado bien las dos cuestiones anteriores, ya hemos puesto dos grandes pilares para ayudar a que interiorice la práctica o concepto.
Ahora bien, si además aprovechamos para:
- Estructurar bien.
- Sintetizar.
- Condensar.
Estamos ayudando ya desde el principio a la comprensión y, por tanto, favorecemos la memorización. Es decir, ponemos la tercera pata para que no se nos caiga el aprendizaje.
Concretamente, al diseñar de forma concreta estas cuestiones ofrecemos un aprendizaje significativo a nuestro alumnado (en el enlace encontrarás la secuencia del mismo en un artículo de «El blog del Alumno»).
Al principio ya hemos comentado que hay cinco formas en las que tus vídeos favorecen el aprendizaje, hemos tratado los tres pilares relacionados con él directamente, ahora vamos a por las dos últimas formas de favorecerlo, que entran en un plano más emocional.
Cultiva la relación docente-estudiante.
Partiendo del liderazgo expreso que ejerce el/la docente o el/la expert@ al intervenir ante la cámara, y la relación entre esa persona y la que le escucha.
Esta es una de las fortalezas de usar el medio audiovisual frente a lo que aporta una lectura, por ejemplo, del/la mism@ ponente: visualizar el rosto y gestos de quien habla, junto con el tono de voz y los silencios, potencian la atención.
Incluso en los casos en que nunca se conozcan esas dos personas, docente y estudiante, incluso si se trata de una intervención puntual, es importante mostrarse ante el/la espectador/a, sonreír y empatizar.
Y es que hacer expresa la preocupación sincera por las necesidades de la persona que observa el vídeo, genera un vínculo que facilita el interés y la motivación.
Mantener la motivación.
Hay un aspecto que no es estrictamente aprendizaje, pero sin duda favorece la constancia y disciplina necesarias para obtener resultados en el proceso que implica el mismo: ayudar a mantener la motivación de quien nos mira.
Por supuesto, eso lo estamos haciendo al convertir en más asequible aquello que le mostramos en vídeo, pero también desde ese conocimiento de sus necesidades, de la creación de una relación cercana y conectando con los objetivos personales-profesionales que llevaron a dar clic en el play.
De nuevo, este elemento no es específico del formato audiovisual, pero sí hay que atenderlo desde las premisas del mismo. A este punto llegamos en cascada recogiendo de los anteriores:
- El lenguaje verbal y no verbal.
- Las llamadas a la acción.
- Los elementos de sorpresa con los que demos ritmo a los minutos que hemos captado la atención.
- La empatía y relación cultivada.
Todo ello va a hacer que engarcemos la información o conceptos facilitados en el vídeo o videoconferencia, con la meta de nuestro alumnado, y al darle ese sentido, éste ve que sus esfuerzos sirven a sus objetivos, con lo que se genera un círculo positivo que redunda en mantener el esfuerzo.
Estas son las cinco formas con las que tus vídeos ayudan a aprender, si les sacas todo el partido, tus vídeos se convierten en el viento a favor del aprendizaje de tus alumn@s.
Te dejo aquí la infografía que había comentado, y te espero en los comentarios. 🙂
Magnífico artículo, es de hecho, de gran utilidad ¡Enhorabuena!
Muchas gracias, Ana! Esa es la intención de cada post: ofrecer ayudas para el día a día. Me alegra mucho que este artículo te resulte útil.